Hay Angeles que habitan en las sombras esperando en el silencio de una noche eterna la caída de una estrella sobre el mar. Ella soñaba ser la Batichica, la Mujer Maravilla, la Mujer Araña. Se subía al armario y desde ahí saltaba imaginando que lo hacia desde un rascacielos de doscientos pisos para capturar a un peligroso villano que estaba en la calle, pero al caer terminaba golpeándose en las rodillas. Casi siempre se raspaba y otras veces sangraba a borbotones. Pero antes de empezar a llorar de atrás de la cortina salía su padre que la cargaba en los brazos y le acariciaba la mejilla diciéndole que ella era su pequeña heroína, su princesa guerrera, y entonces se calmaba todo y todo se volvía  felicidad.

Pero el tiempo avanza como el agua de los ríos busca el mar de manera inevitable y la pequeña  ha crecido y ahora el viejo quiso irse a buscar villanos el solo, desde un armario muy alto , y  ella no lo pudo recoger en sus brazos porque todavía es la pequeña aunque nadie lo sepa , todavía de ves en cuando juega a ser la princesa de papa, pero confía que un ángel estuvo ahí para el, porque el estaba ahí para ella, porque siempre hay Ángeles que habitan en las sombras esperando en el silencio de una noche eterna la caída de una estrella sobre el mar
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